Un estudio reveló que los trabajadores que consumen tabaco llegan a perder hasta 1,7 horas diarias en “salidas a fumar” durante la jornada laboral, lo que al año se traduce en 59 días.
La investigación la realizó Lidia Amerales, exdirectora del Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (Senda).
La cifra en “pérdida de tiempo” incluye el desplazamiento hasta una zona habilitada para fumar, así como el tiempo que éstos demoran en consumir un cigarrillo. Lo anterior significa que al año, los trabajadores que practican el hábito pierden 59 días, siendo esto casi tres meses de trabajo en jornadas mensuales de 20 días.
“Para llegar a esa cifra se consideró que las personas pasan ocho horas en el trabajo y que duermen otras ocho promedio. Por lo tanto, aquí estamos hablando solo de pérdida de productividad bruta”, explicó Amarales, quien comenzó lo que denomina como “un emprendimiento social” llamado Respira Libre.
La profesional señaló que a los 59 días debe sumarse una cifra extra, que corresponde a enfermedades ocasionadas por otros agentes contaminantes como sílice, hidrocarburos, cuarzo, nanopartículas o dióxido de sulfuro, y agrega que “hay múltiple evidencia que muestra que esta asociación de contaminantes industriales más tabaco provoca que el riesgo sea aditivo, multiplicativo y dependiente de la cantidad de tabaquismo.”
Estudios en otras partes del mundo, han arrojado por ejemplo, que en España se consideran tres salidas a fumar al día y en Suecia un promedio de cinco. Otro agrega que los británicos, suman cuatro jornadas. Con ello, el total de pérdida de productividad puede llegar hasta los 63 días. A la situación se suma también el condicionante socioeconómico, pues los sectores más vulnerables son más fumadores. Finalmente, Amarales agregó que el gasto por trabajador fumador, solo en cigarrillos, alcanza los $821.000 al año.