Guardianes del Humedal y CEAZA habilitan plataforma de observación

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Después de unas dos décadas de contaminación acumulada y tras medio año de trabajo, la organización ambientalista de Coquimbo Conciencia Ecológica, junto al Centro de Estudios Avanzados en Zonas Áridas, Ceaza, directivos, docentes y alumnos de la carrera técnica de Maquinaria Pesada del centro de formación técnico Ceduc de la UCN, el área del humedal de El Culebrón, ubicado frente al barrio Baquedano, fue descontaminada de escombros, con los que fue creada una plataforma de observación.

Jorge Ramírez, integrante de Conciencia Ecológica, explicó que el proyecto de recuperación de la zona del humedal que está frente a calle Maipú con calle 25 de agosto, partió al constatar que durante muchos años fue un verdadero vertedero de material de desechos de construcciones.

«Acá partimos con un trabajo de la Mesa Hídrica El Culebrón y como organización buscamos distintos apoyos, es así que nuestra iniciativa fue acogida por el Ceaza y también contamos con el apoyo del municipio para limpiar este sector, que era un basural, que es inundable al ser un humedal y que estaba abandonado, lo que propició que se instalara hasta una toma de personas y, sobre todo este espacio, frente a calle Maipú, pasó a ser un botadero de basura, y así con el trabajo de todas las instituciones involucradas terminamos con este basural gracias a la labor de la dirección de los profesores y de los alumnos de Ceduc, de la especialidad de Maquinaria Pesada».

Con emoción, Ramírez realzó el aporte de los estudiantes para retirar la gran cantidad de escombros desde el área que intervinieron, para crear con ese mismo material una plataforma, la que cuando sea terminada va a permitir a las personas observar desde su cima, ubicada a unos 5 metros de alto, todo el entorno del humedal y su Espejo de Agua, «los alumnos del Ceduc han sido un gran aporte para concretar el mirador, recogiendo durante meses todo el material depositado acá para levantar la plataforma, además tuvimos el cuidado de reutilizar todos los escombros, porque la idea no era ir a dejarlos a otro lugar para generar otro foco de contaminación».

Por todos estos argumentos, el integrante de Conciencia Ecológica, también llamó a la comunidad a no depositar basura en la zona recuperada, en vista que ya afloró nueva vegetación en los alrededores, «hay que aclarar que los humedales no son basureros, pues son un medioambiente muy propicio para la vida silvestre y las plantas, sumado a que son barreras naturales para los tsunamis, y al tenerlo limpio también mejora la calidad de vida de los habitantes de este sector, y así en el futuro podrá ser disfrutado por las nueva generaciones, además que acá hubo esfuerzo trabajo y cariño de la gente que sigue trabajando en esto, a lo que hay que sumar que la municipalidad ha retirado toneladas de desechos domiciliarios desde acá, entonces un buen coquimbano sabrá cuidar su casa».

En este contexto, Paloma Núñez, del área de Ciencia Ciudadana del centro científico Ceaza, que tiene la concesión del terreno, expresó, «hemos apoyado todo este proceso con las comunidades para rescatar esta cuenca de El Culebrón, en especial su humedal, mediante un comodato que entregó Bienes Nacionales en el año 2016, de 7,9 hectáreas, en las cuales había un macrobasural, que es en donde estamos laborando ahora, el que era un suerte de torre de escombros de unos 20 años de antigüedad, y donde también era depositada basura de todo tipo, y así empezamos a trabajar por más de un año con las organizaciones ecológicas locales, con el municipio y con los alumnos de escuelas de educación especial del sector, el centro Jean Piaget y la escuela Juan Sandoval Carrasco, así realizamos limpieza todos los meses hasta sacar toda la basura, pero ahí nos quedaron los escombros, entonces acudimos al Ceduc, a la carrera de Maquinaria Pesada, que empezó a cooperarnos, ya que también le sirve de práctica a los alumnos, los cuales con sus profesores lograron crear la plataforma en la que pensamos crear un mirador para observar la flora y la fauna de acá».

Respecto de la restauración del hábitat del humedal, la profesional dijo, «estamos constatando que se está restaurando el ecosistema local, y lamentablemente en todo Chile, por el tema inmobiliario, están rellenando humedales, pero acá estamos pensando en el futuro en los niños, que son los que tendrán que seguir remediando el daño hecho al medioambiente, y acá, con la limpieza, vemos que nuevamente de a poco está aflorando vegetación nativa, y hemos observado aves, como el bailarín, que ha retornado a los posaderos que creamos para los pájaros».

Cooperación total y orgullo por el resultado

Javier Tapia, jefe del área de Maquinaria Pesada de Ceduc UCN, comentó que es motivo de orgullo poder cooperar en la recuperación del humedal, llamando a otras casas de estudios y al empresariado a sumarse a este tipo de iniciativas.

«Cuando Ceaza y los miembros de organizaciones de Coquimbo que preservan el medioambiente nos pidieron ayuda, no dudamos en hacerlo, lo que ha sido un agrado, ya que no solo nos ayuda al aprendizaje técnico de nuestros alumnos, sino que nos ayuda a formarlos como personas. Además así reforzamos nuestro compromiso con la comunidad, con nuestros alumnos, que están contentos de poder participar en recuperar este espacio natural que estaba contaminado, removiendo una gran cantidad de metros cúbicos de escombros para darle una nueva vida a este humedal.

Por todos estos resultados positivos, ojalá que otras instituciones educativas y empresas comiencen a cooperar con este tipo de proyectos».

En los instante que estaba por operar una retroexcavadora, Diario LA REGIÓN dialogó con la alumna Aylin Cortés, que comentó que junto a sus compañeros están felices de haber podido contribuir a limpiar El Culebrón, «estamos muy satisfechos de poder proteger
este medioambiente donde encontramos gran cantidad de pajaritos que antes estaban afectados por la contaminación, por los escombros y las basuras que retiramos. Ahora ya estamos en la etapa de empezar a nivelar la plataforma del mirador, y en un principio nos costó, porque el material estaba endurecido, pero al sacar las capas superiores se fue ablandando, lo que facilitó el manejo y ahora el profesor nos dijo que tenemos que darle a la plataforma una forma de reptil con cola, como un culebrón, ya que así se llama este sector (risas)…».

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