Debido a lo mal que les ha ido desde que inauguraron sus negocios, hace ya cuatro meses, algunos locatarios han dejado sus puestos para buscar sustento en otro lado. No son muchos, pero como advierte el presidente del gremio, «si seguimos así, en un par de meses esto no será sustentable».
Lo que partió como una ilusión, un Mercado Central, hoy se ha convertido en una pesadilla para 86 locatarios, que al no vender su mercadería, han tomado la determinación de dejar sus puestos y buscar el sustento en otro lado.
Y algunos lo harán en la calle, volviendo a la informalidad, como asegura Francisco Contreras, presidente interino del gremio de comerciantes del Mercado Central, enclavado en calle Cantournet con Rengifo, en La Serena.
Un par de meses les bastó para despertar bruscamente de ese anhelo «que nos vendieron», se queja una locataria, que ayer ni siquiera había recuperado lo invertido.
Los primeros en irse fueron los vendedores de frutas y verduras, quienes duraron cerca de un mes, «ya que se le estaba pudriendo y la botaban todos los días», cuenta otro vendedor.
Desde que llegamos en febrero que las ventas han sido malas, «y me avergüenza decir que a veces nos vamos con dos mil pesos para nuestras casas, e incluso no me alcanza ni para el pasaje, y por eso algunas personas han decidido irse a la calle para poder sustentarse», cuenta Contreras.
Muro peligroso
Sin embargo, y pese a la compleja situación que han vivido, asegura que «nosotros jamás hemos pensado dejar el mercado, y por mi parte, si soy el último en poner el candado para cerrar, lo haré».
Hoy quedan 74 locatarios y ya cuatro avisaron que la próxima semana dejarán sus puestos, dado que la incertidumbre de no vender los ha llevado a tomar esa decisión.
«Pero nosotros queremos estar acá, porque se nos vendió un sueño y el municipio nos iba a ayudar, por ejemplo, con la publicidad, pero también nos dijeron que se generarían instancias de trabajo, pero de eso nada. ¿Sabe? Desde el día que inauguramos, nunca más se han acercado. Hemos salido a tocar puertas y personalmente he ido a la municipalidad, pero solo te atiende la persona de la oficina y nada más», se lamenta el dirigente.
Sus reclamos también radican en lo peligroso que se ha vuelto uno de los muros que rodea el mercado y que estaría en mal estado.
«Acá tenemos el documento con fecha del 22 de marzo que le entregamos al municipio, pero no hemos tenido respuesta e incluso está con el estudio de un profesional. También se lo hicimos llegar a la Delegación Presidencial para que tuvieran conciencia, pero tampoco nos han atendido. El alcalde dijo que nos estamos excusando del muro para salir a la calle, pero eso no es verdad, puesto que acá no estamos vendiendo y lamentablemente algunos están desertando porque no tienen los 90 mil pesos para pagar el arriendo».