Desde 2019 cuenta que el menor está bajo su tuición y que la madre está siendo investigada penalmente. Incluso acusa que durante todo este tiempo ha seguido cobrando los bonos, «cuando la custodia es mía y ella no lo puede ver porque está con orden de alejamiento…».
La vida de Dixon Flores y su hijo, bajo su custodia, no ha sido fácil. Por fin pudo tenerlo bajo su techo en 2019, luego de una lucha que hasta hoy continúa con la madre. Pero, acusa, que «sigue al descubierto el sistema de cómo se maltrata al padre, al hombre», reclama.
En agosto del mismo año, recuerda que inició los trámites para hacer la modificación de las cargas familiares, «porque había una sentencia ratificada y escrita, y que los cuidados personales radican en el padre -en su caso- debido a una sentencia ejecutoriada en el Tribunal de Familia de la ciudad de Ovalle».
Con este certificado, incluso, cree que debería ser suficiente para gestionar los trámites y así Fonasa pueda inscribir al niño a su carga.
«La carga familiar de mi hijo a poder de la madre fue ingresada en el municipio de Ovalle a través del departamento social, cuando ella estaba aún con el niño. No obstante, cuando perdió la custodia de mi hijo, en el año 2019, ha hecho dolo completo en pleno conocimiento del Poder Judicial, ya que incluso intentó estafarme con el 10% de las AFP cuando el Tribunal de Familia la condenó y le dijo que no tenía derecho a reclamar esos dineros».
Se lamenta
Una historia de nunca acabar y que continúa, a juicio de Dixon, dañando principalmente al menor y maltratando al padre. A muchos padres. Por eso formaron una agrupación que se llama No más hijos rehenes, que trata de padres impedidos de ver o acompañar a sus hijos por decisiones judiciales consideradas «arbitrarias» o «negligentes».
En cuanto a la mujer, precisa que durante todo este tiempo ha seguido cobrando los bonos covid, todos los beneficios IFE, «y ha tenido el derecho de postular a la vivienda propia. Todo, mientras a nosotros se nos ha prohibido poder postular, dado que el registro social de hogares no nos considera, porque la carga familia está a nombre de la madre, quien está siendo investigada penalmente. De hecho la custodia es total y ella no lo puede ver, porque está con orden de alejamiento…».
Se lamenta que desde Fonasa siempre le han entregado la misma respuesta, argumentándole que la carga familia figura a nombre de la madre, «cuando el trámite debiera bastar solamente presentando el certificado de nacimiento y eso lo dice el Poder Judicial. ¿Sabe? He tenido que enviar párrafos de mi sentencia a personas que no conozco para poder solucionar este problema, y aún así no me lo quieren solucionar».
Por eso advierte que «acá se comete una grave vulneración, porque todos los beneficios que el Estado le ha otorgado -y que están comprobados- han sido cobrados por la madre, y todo esto ocurre porque Fonasa desde 2019 me ha negado poder cambiar la carga familiar».
Un infierno
Entiende que este papeleo lo puede hacer cualquier persona y que, en su situación, más fácil debiera resultarle cuando está acreditando con documentos que la custodia del menor la tiene él.
«Pero la respuesta que me entregan, insisto, es que el niño ya está bajo una carga familiar, y esa es la madre. Pero se puede cambiar porque estoy acreditándolo con una sentencia, con un certificado de nacimiento del Registro Civil, que tengo la custodia del menor. Con esos documentos debería ser incluso más fácil para mí. Incluso he tenido que exponer situaciones judiciales que son privadas y que están siendo investigadas civil y penalmente, pero aún así me han objetado desde 2019 a la fecha».
Una doble pandemia dice estar viviendo. «Es un infierno», agrega.
A eso, indica que todavía no recibe ningún peso de los retiros de las AFP, porque ahora el Tribunal de Familia de Coquimbo determinó que la madre de su hija -de otra relación- «y que vive conmigo, debe recibir dinero por una deuda pendiente. Yo le mando un escrito al Poder Judicial explicando que esos dineros son para pagar una pandemia, no para pagar deudas, debido a que los niños están conmigo. Creo que es el momento de que las leyes cambien. Debemos ir mejorando», se lamenta.
