Senadora Adriana Muñoz: “Hay algo que molesta mucho del entorno que se instala alrededor de la Presidenta, y que ejerce el poder por sobre los partidos”

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5La renuncia del ahora ex ministro Secretario General de Gobierno, Jorge Insunza, ocurrida el domingo, asestó un nuevo golpe a la administración de la Presidenta Michelle Bachelet. La dimisión se produjo luego de revelarse que el aludido prestó asesorías al grupo minero Antofagasta Minerals –de propiedad de la acaudalada familia Luksic y cuya principal faena es Minera Los Pelambres– hasta octubre de 2014, cuando ejercía como diputado por el noveno distrito, llegando a presidir la Comisión de Minería de la Cámara Baja.

Esto ocurre en momentos que la mandataria, su gobierno y las principales reformas que impulsa alcanzan sus niveles más bajos de aprobación ciudadana y en que se intentaba posicionar una agenda de medidas para la transparencia en política. Sin contar con el costo que implicó anteriormente su salida del Congreso Nacional, al cual renunció para integrarse al gabinete el día 11 de mayo.

La senadora Adriana Muñoz, presidenta regional del PPD (mismo partido en el cual milita Insunza), no oculta su molestia con el dimitido ex ministro, pero también con el modelo de toma de decisiones en el gobierno.

-Que esto haya ocurrido 27 días después de un cambio de gabinete, en el cual supuestamente se iba a tener el mayor cuidado para que estas cosas no sucedieran, ¿qué sabor le deja?

El mismo ex ministro reconoció en su declaración que pedía disculpas a la Presidenta. Aquí hubo poca prolijidad de su parte, de no entregar antecedentes a los asesores y a la propia Presidenta, haber callado en relación a, como él mismo dijo, la ceguera de aceptar este cargo. Está muy bien que pida disculpas, ya que radica en él la poca franqueza de no haber planteado estas situaciones antes de asumir.

Además porque esta cartera es la que tiene que llevar adelante la agenda de transparencia y probidad que impulsa la Presidenta.

-Una perspectiva para analizar este caso es con respecto al impacto en el gobierno y otra, con el tema que ha estado en discusión desde fines del año pasado, que es la corrección, la transparencia y el cruce del dinero con la política.

Aquí hay acciones que se rigen por la normativa y otras, por la responsabilidad política y personal. Si bien es cierto no está escrito que un parlamentario esté inhibido de prestar servicios a una empresa privada mientras ejerce su cargo, eso es parte de la conciencia que cada parlamentario tiene. Uno debe pensar hasta qué punto se entra en conflicto de intereses.

Cuando está en una comisión, uno no más sabe lo que está haciendo en su ámbito comercial y académico; entonces, tiene que ser sincero y decir que, aunque me guste mucho un tema, no voy a participar porque estoy involucrado con empresas del sector. Aquí nadie sabía, ni el partido ni la Presidenta, que él, ejerciendo estos cargos, prestaba esas asesorías.

Es necesaria la ley, la regulación. El financiamiento a la política está en entredicho, aquí hay un sistema en su conjunto que capotó. La actividad política, como cualquier otra, no se puede hacer sin recursos, pero hay que regular, aparentemente hasta el cansancio, porque al parecer los estándares éticos personales, individuales, no son sólidos.

-¿En el caso de Jorge Insunza, hay“un estándar ético que no ha sido sólido”?

Él mismo ha señalado que, pese a que lo que él ha realizado es legal, la sociedad hoy día exige estándares más elevados. Él reconoce que, si bien estaba actuando dentro de la legalidad, cuando uno ejerce ciertos cargos de tanta responsabilidad pública, tiene que autorregular sus actuaciones.

-Se ha escuchado bastante esto que usted señala, de que la sociedad estaría exigiendo un mayor estándar ético. Pero esta clase de cosas tiene que ver con una ética permanente, con lo que es moral y lo que no lo es.

Lo que yo planteo es que cada persona tiene que ser responsable, sobre todo los que estamos en cargos públicos. Yo no puedo decir que, porque no hay ley que me lo impida, pueda ejercer acciones reñidas con la ética pública hasta que me pillen. En ese juego ha estado el sistema de financiamiento de la política.

-Pensando en la nominación futura de un nuevo ministro Secretario General de Gobierno, ¿debe erradicarse la práctica de sacar parlamentarios para asumir como ministros?

Creo que debe terminarse, eso tuerce la decisión de la soberanía popular. Si alguien fue electo para representar a una determinada zona en el Parlamento, eso debe ser así. Uno no puede desdecir lo que se comprometió a hacer durante la campaña. Es una muy mala práctica que se ha instalado y debe desaparecer.

-¿Los partidos debieran ser considerados en esta selección? Hasta ahora, aparentemente, los nombramientos del gobierno han sido operados de una manera bastante exclusiva por La Moneda, por un círculo muy pequeño alrededor de la Presidenta.

Los partidos tienen que ser consultados. Las personas llamadas a ocupar un cargo de ministerio tiene que ser sinceras, decir la situación en que están, y yo pido que los sacristanes que rodean a la Presidenta sean personas de mayor calidad, que disminuyan su arrogancia y el hermetismo en que tienen a la Presidenta, encerrada. Hay algo que molesta mucho del entorno que se instala alrededor de la Presidenta, y que ejerce el poder por sobre los partidos. Ahí hay una cuestión que la Presidenta va a tener que resolver bien.

-¿Está realmente preocupada la Nueva Mayoría, y usted en particular, por el riesgo de agravar la baja de popularidad de la mandataria, el gobierno y todas sus grandes reformas?

Por supuesto que preocupa. Toda esta seguidilla de errores repercute, tiene impacto en la apreciación de la ciudadanía sobre el gobierno y la Presidenta, porque es ahí en donde se han estado tomando las decisiones. De ahora en adelante, tendrá que haber mucha más seriedad y prolijidad, sobre todo las personas que van a trabajar al lado de la Presidenta en un segundo gabinete, que inaugura la instalación de una fuerte agenda de probidad y transparencia.

Las personas que están ahí, tomando las decisiones, deben tener mucho cuidado, y como no sabemos mucho quiénes son, al final todo recae en la Presidenta.

-¿Usted no los conoce?

Al menos yo, que soy una simple senadora, no tengo idea.

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