Un grupo conformado por unos 15 dirigentes y socios que representaron a siete sindicatos de las Ferias de Las Pulgas de San Juan, de Baquedano y de Tierras Blancas, que suman a más de 1.000 miembros, ayer en la mañana, con bombos y carteles, realizaron una manifestación pacífica en el frontis del edificio de la municipalidad de Coquimbo de calle Bilbao, para dar cuenta que una gran mayoría de feriantes del rubro no accedieron a la entrega de cajas de alimentos del gobierno, destinadas para el 40 por ciento más vulnerable de los chilenos, que también están con una ostensible merma en sus ingresos por el Covid-19.
Así, un reducido grupo de dirigentes ingresaron a la casa consistorial, donde conversaron con el administrador municipal Patricio Reyes y otros jefes de servicio, logrando un acuerdo con el municipio, que aportará 350 cajas de alimentos adquiridas con fondos propios para hacer un entrega coordinada con las directivas de los sindicatos de las Ferias de Las Pulgas para beneficiar a sus socios más vulnerables.
Genaro Valenzuela, tesorero del sindicato número dos de San Juan, explicó que la protesta también estuvo motivada por los difíciles momentos que viven los socios de todos los sindicatos de la feria de productos usados, motivo por el que recurrieron en busca de una ayuda al municipio.
«Tuvimos un diálogo franco con el administrador Patricio Reyes y nos fue bien, y así después de escuchar los problemas de nuestra gente se comprometieron a entregaremos las cajas de alimentos de la municipalidad en 10 días más, con una entrega a través de nuestros dirigentes, porque acá las autoridades del gobierno en un principio se habían comprometido a entregar 600 cajas del gobierno y al final entregaron como 250 nomás, entonces mucha gente nuestra quedó sin nada, ya que el gobierno no nos consideró como el 40 por ciento más vulnerable de la población chilena y de Coquimbo. El día 20 de este mes llegarían las 350 cajas para los socios con más complicaciones, por lo que las asistentes sociales de la municipalidad tomarán contacto con nuestras directivas para la entrega coordinada».
La presidenta del sindicato Nova Feria 2, Ingrid Pezoa, comentó que la situación que los afectó ocurrió por lo que catalogó como una entrega «poco idónea» por parte del gobierno de las cajas asignadas para la comuna de Coquimbo, que fueron 17.500, «muchos de nuestros socios son dueñas de casa, jefas de hogar, adultos mayores y gente con enfermedades, que no accedieron a la caja de gobierno porque a nuestros sectores ha llegado mucha gente a vender, porque la situación económica de verdad que está muy mala, pero a pesar que el gobierno se comprometió a ayudar a la gente más pobre, muchos de nuestros socios no accedieron a la caja, por eso nos manifestamos».
En representación del sindicato La Esperanza de Tierras Blancas, que es uno de los 14 gremios del rubro de ese sector, que suma a 800 puestos, el dirigente Francisco Villa Rivera refirió que en vista de las necesidades que están pasando todos los socios al no tener recursos para subsistir por que las ventas han mermado por la pandemia, debieron realizar la protesta, con un buen resultado, «las cajas del gobierno fueron repartidas de forma desprolija e inoperante, y después las autoridades comunales las distribuyeron, pero al segmento que nosotros representamos, que es parte del 40 por ciento más vulnerable de la población, al final no llegó esa ayuda, pero ahora obtuvimos un compromiso de la autoridad municipal para entregarnos 350 cajas para los casos más urgentes de socios que, en vista que apenas venden como $1.000 pesos por día, tienen serios problemas para mantener a sus familias».
Además, el directivo agregó que al mediodía concurrieron a la Intendencia en La Serena para dejar un petitorio para solicitar a ese ente que busque los mecanismos para brindar de buena forma asistencia social a los socios, «en la Intendencia vamos hacer una petición de ayuda similar a la que hicimos ante el municipio, para que el gobierno de mayor efectividad a la logística en caso que llegue otra partida de cajas de alimentos para la gente más vulnerable como nosotros y como la de poblaciones y campamentos, que ahora está sobreviviendo con ollas comunes, lo que es una realidad».