Arzobispo convocó a fieles y autoridades a construir una sociedad en corresponsabilidad

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  • En su mensaje, Mons. Rebolledo abordó principales desafíos que se presentan para el país, entre los que destacaron la atención a las necesidades de los adultos mayores, la acogida a los hermanos migrantes y la superación de la desigualdad social. 

Al iniciar la Eucaristía, representantes de voluntariados llevaron hasta el Altar arreglos florales, como signo de gratitud al Señor por las bendiciones otorgadas a nuestro país. Asimismo, una pareja de huasos chilenos llevaron en sus manos el Evangelio de Chile, graficando el Mes de la Patria y de  la Biblia que se conmemora durante septiembre. Tras ellos, iban representantes de colonias extranjeras, con personas provenientes de Venezuela, Colombia, Perú y Ecuador, quienes con banderas y trajes típicos de su país, evidenciaron la acogida e integración brindada a los hermanos migrantes en la zona.

El Arzobispo llamó a los presentes a que «entremos decididamente en nuestro país a trabajar por una cultura de la solidaridad», con el objetivo de «dar pasos firmes en la superación de una inaceptable desigualdad entre quienes tienen en demasía y aquellos que carecen aún de lo más elemental», agregando que «no es menor el hecho que en nuestra región exista un gran número de personas y familias en condición de pobreza extrema. (…) Por tanto, no debemos considerar a la pobreza como una mera estadística, sino más bien comprender que es una situación social en la que urge realizar un trabajo mucho más profundo, implicando políticas publicas más efectivas, generando mayores y mejores empleos, al igual que un equitativo acceso a la salud y educación».

En tanto, al momento de referirse a la construcción de la sociedad chilena, indicó que ésta se realiza «en mutua corresponsabilidad. Cada chilena y chileno tiene un don que aportar», añadiendo también que «la promoción y la defensa de los derechos humanos son tarea de todos. Es también, así ha quedado fehacientemente demostrado en nuestra reciente historia patria, parte integrante de la misión de la Iglesia».

Por otra parte, fue enfático en señalar que «todo lo que pudiéramos hacer por los adultos mayores, será de hondo significado, reconociendo en ellos su gran aporte a la familia, la sociedad y a la Iglesia. (…) El Estado tiene la responsabilidad primera en procurar leyes justas, en el sentido más amplio, a fin de que los adultos mayores puedan realizarse plenamente y atender a sus múltiples necesidades. Nos compete también a nosotros, como Iglesia, e igualmente a otras instituciones, colaborar en la medida de las posibilidades, al bienestar de los adultos mayores».

Rebolledo se refirió a la situación migratoria en la zona, convocando a que «prosigamos acogiendo en nuestras comunidades a tantas hermanas y hermanos que han llegado a nuestras ciudades y pueblos con el objetivo de buscar una nueva oportunidad que les dé tranquilidad a ellos y a sus familias. (…) Miremos a nuestro alrededor y constataremos que tanto la región de Coquimbo como el país, se han construido también con el aporte inapreciable de hombres y mujeres de diversas nacionalidades, provenientes desde los cuatro puntos cardinales».

Fieles y autoridades acogen desafíos

Lucía Pinto, Intendenta, señaló que «fue un mensaje muy claro, que destaco y acojo. El seguir trabajando por ser una región y un país más solidario, disminuyendo todas esas desigualdades que aún existen».

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