Baile Moreno celebra 40 años

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5bLos Bailes religiosos son parte del patrimonio inmaterial de Chile, una forma de alabanza, una manera de rendir culto a dios, en María, su madre y en los santos.
En Coquimbo uno de los bailes religiosos más antiguos es el «Baile Moreno» que cumplió 40 años. Anita Araya junto a su hermano Ricardo -primer jefe del baile-, fueron los fundadores en población San Juan.
Ricardo trajo la inquietud desde La Tirana. Era una promesa, cuenta. «Yo llegué y enseñé a bailar y tocar. Mi padre trabajaba mucho con la iglesia, yo me guié por eso, formé la institución no solo para hacer promesas sino que para ayudar a la gente, llegamos a tener coro, catequesis, todo tipo de personas en la institución… Nunca quise dejar el baile pero me tuve que ir a trabajar para afuera», relata.
Por su parte Anita dice estar emocionada en estos 40 años. «Hemos perseverado mucho en nuestra fe, el baile sigue firme como una roca. Se debe a que el Señor y María Santísima nos están amparando».
«Nosotros llegamos del norte, con mis padres y mi hermano que bailaba en el Baile Moreno de María Elena, formamos nuestra institución que cumple hoy 40 años», recuerda.
Los requisitos para ser miembros de un baile chino y en particular del Moreno es tener «mucha fe, mucha entrega, mucho compromiso y no olvidar jamás que está Dios con nosotros y que María como madre protectora con su manto nos va guiando. Eso es muy importante para una persona que es promesante. Aquí encontrarán una verdadera familia».
Oscar Gallardo, músico del grupo, entrega un mensaje a los jóvenes. «Para mí es un momento muy grato y de mucha alegría compartir con tanta gente que pasó por el baile Moreno. Tuvimos una celebración muy bonita. Yo primero fui bailarín y dentro de mi familia somos de los fundadores del baile con mi madre. «Siempre al pie del cañón».
Y sigue: Bailé hasta los 12 años y después me llamó la Virgen para que le pudiera servir tocando. Para mí la institución es una familia que en momentos difíciles estuvo siempre. A los jóvenes el mensaje que puedo entregarles es que acá uno puede encontrar familia y amigos que afuera no encontrarán, ojalá los niños se den cuenta y conozcan la institución».
Cristian Alfaro, actual jefe del baile, quien lleva 30 años, sigue con el legado y comenta como logra conquistar a la juventud y como para él estar en el baile marcó un antes y un después: «La misión nuestra es continuar con esta forma de expresar nuestra fe y qué mejor manera de hacerlo a través del baile religioso. Hoy los jóvenes tienen otros intereses, está de por medio la tecnología, no por eso estamos ajenos a conquistar a los jóvenes, tenemos juventud, la descendencia, están nuestros hijos y nietos que siguen con esta tradición. La religiosidad popular para mí es un antes y un después, formé mi familia dentro de la institución. Los bailes religiosos son como una forma de expresar amor a nuestra chinita».

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