Después de siete años de investigación, la justicia no logró acreditar nada en su contra y decidió no perseverar en la causa. «Esta resolución me permite mirar el futuro con ganas…», apuntó.
Fueron varios años de investigación que esta semana llegaron a su término, luego que las acusaciones de fraude al fisco y malversación de caudales públicos, planteadas en 2016 en contra del actual alcalde de Salamanca, Gerardo Rojas, no se lograron acreditar y el Ministerio Público decidió no perseverar en la causa.
Después de mucho tiempo, por fin ese alivio esperado, y hoy, «luego de algunos años de investigación, de varias denuncias que se interpusieron y querellas en contra mía, el Ministerio Público decidió no perseverar, y qué significa eso, que no se lograron acreditar los delitos denunciados por diferentes personas, así que a cerrar y dar vuelta la página», cuenta el alcalde, feliz y con el camino libre, quizás, para una reelección.
«Ahora dan hasta más ganas de ir a una reelección, dan ganas de mirar el futuro con optimismo. Es que ahora uno se puede proyectar en la vida, porque esto tiene hartas incidencias que van más allá de la resolución judicial…».
En su momento se habló de déficit y malversación superior a los 5 mil millones de pesos cuando Rojas era alcalde, en su anterior periodo. Era precisamente el año 2016, cuando incluso salió del municipio y Contraloría realizó una auditoria, y claro, «hubo problemas administrativos, pero nada que constituyera delito».
Precisamente a raíz de esa investigación, «se colgó la administración anterior para generar denuncias, querellas y difusión en los medios de comunicación, así que nos alegramos mucho que el Ministerio Público haya realizado una buena investigación, en la que incluso cooperamos».
Justamente ese año comenzó todo, «y tal vez cometí un error al renunciar, porque algunos interpretaron que sería candidato a otro cargo. ¿Sabe? Uno de los problemas de la política es que se va menoscabando la imagen de las personas sin fundamentos. Uno puede entender que exista la diversidad, la confrontación de ideas y la crítica a una gestión pública que puede ser mala, pero siento que hubo una obsesión estos años desde el punto de vista político. Sin embargo, tenemos instituciones que funcionan y no encontraron nada».
Reconoce que las primeras denuncias surgieron desde la administración anterior, «pero también de un concejal que hoy pretende ser alcalde y de personas que no solo lo hicieron judicialmente, sino que cada cierto tiempo aparecían en las radios locales señalando que la investigación iba bien o que en 15 días más me iba preso. Entonces había un contexto raro y, para mí, de verdad que esto es más que una resolución judicial, es dar vuelta la página a una parte de mi vida que ha sido muy compleja».