Tras la obtención de la categoría de humedal urbano por parte del Ministerio del Medio Ambiente, el municipio debía crear una ordenanza de protección para la desembocadura del río Elqui, paso que fue aprobado por unanimidad por el concejo comunal, y que abarca desde Altovalsol al mar.
A la espera de lo que pueda pasar en el Primer Tribunal Ambiental con las seis causas que buscan revertir la declaratoria de humedal urbano del río Elqui, que actualmente se encuentra en acuerdo y cuyo fallo podría salir en cualquier momento, el municipio presentó la esperada ordenanza de protección de este sitio.
Julio Núñez, profesional del Departamento de Turismo y Patrimonio, en cuanto al contexto de la generación de la ordenanza, detalla que «se promulgó la ley 21.212 de humedales urbanos, que modifica diversos cuerpos legales con el objetivo de proteger estas áreas, posteriormente se publicó el decreto del Ministerio del Medio Ambiente que establece un reglamento en esta ley».
«Uno de los artículos interesantes del decreto supremo N° 15 es el 19, que dice que para la aplicación de criterios de sustentabilidad de humedales urbanos, el ministerio en un plazo de nueve meses elaborará una guía técnica que oriente a los municipios en la implementación de estos, y por diversas razones esa guía aun está pendiente», detalla.
Así, producto de todos estos acontecimientos jurídicos, el Ministerio del Medio Ambiente reconoce de oficio el humedal urbano del río Elqui, desde Altovalsol a la desembocadura, con fecha 25 de julio de 2022, «esto sin perjuicio que el municipio manifestó su apoyo en su momento», recalca Núñez.
«Es importante saber en qué contexto legal se da la propuesta de ordenanza de humedal urbano, y una de las principales limitaciones es que no tiene presupuesto asociado para cumplir con los objetivos planteados por la ley, que son proteger, resguardar y restaurar el humedal», afirma.
Agrega que «la ley, al no tener sanciones específicas que sean aplicables desde el punto de vista municipal, permite solo aplicar multas por incumplimiento de la ordenanza, o sea, de un máximo de 5 UTM, lo que es una limitación muy grande para poner sanciones que sean ejemplares, por ejemplo, si hay una gran constructora, podemos llegar al absurdo que para la empresa es más fácil pagar la multa y no cumplir la normativa».
Puntualiza que otra falencia importante es que no distingue el tipo de propiedad sobre el cual está el humedal urbano, en el sentido de si es privada o pública, «lo que genera dificultades prácticas a los municipios para su fiscalización».
«Otro tema importante, que desde nuestro punto de vista es una falencia, es que crea un nuevo criterio de evaluación ambiental, en donde establece que los proyectos que puedan afectar al humedal deben ser evaluados ambientalmente, es decir que ya no es necesario considerar el tipo ni magnitud del proyecto», destaca.
En ese sentido, explica que «la ley general de medio ambiente establece que ciertos tipos de proyectos, en base a su magnitud, deben ser ingresados al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental, sin embargo la ley de humedales establece que todo proyecto que se instale en las cercanías de un humedal o dentro, y que pueda afectarlo, debe ser evaluado ambientalmente, y esa definición tan amplia va a traer necesariamente controversias, porque en escrito rigor, toda acción antrópica que se realice puede ser considerado como efecto ambiental».
Controversias
El profesional explica que en el caso del humedal del río Elqui existen seis recursos presentados al Tribunal Ambiental, además de un requerimiento al Tribunal Constitucional, «el que estaba referido a la disputa cuando colisionan dos derechos constitucionales, como el de vivir en un medio libre de contaminación con el de la propiedad privada».
«Es posible que en lo que queda de año se conozca la resolución en primera instancia respecto del humedal Elqui, por lo que queda tiempo para saber cual va a ser el resultado definitivo de estas acciones judiciales».
«Faltaba esta instancia»
Para el concejal Félix Velasco, «este tema tiene una significación muy importante en poder ordenar en algo, si bien está la ley de protección de humedales urbanos que nos permitió poder declarar el primer sitio de estos en la región, que es el de la desembocadura del río Elqui, faltaba generar esta segunda instancia que era la ordenanza comunal para ver diferentes tópicos, como los aspectos que están considerados en esta ordenanzas y que tienen que ver con la educación, fiscalización y sanción, porque hay mucha gente que va a destruir y que aun no tiene conciencia de la importancia de este lugar».
«Incorporar en la ordenanza el pilpilén, ya que es un ave playera insigne de nuestra comuna y una de las que más habita en este humedal urbano, y sería importante ponerlo como contexto educativo y del trabajo que hacen las organizaciones de protección, esto para cuidar la nidificación de esta ave», puntualiza.
Recalca que «por otro lado, hay que generar mayor conciencia en la limpieza del humedal, el municipio sacó un número de denuncias para diferentes situaciones, como la pesca ilegal, cuando botan basuras personas que acampan, pero también es importante aprovechar las herramientas coyunturales, como el pro empleo, desde donde se puedan destinar a algunas personas para trabajar en esto».
Por su parte, la concejala Daniela Molina afirma que «aprendimos muchas cosas con la declaratoria del humedal, y una de esas es que hay territorios en donde es removida la tierra, es intervenido el lugar y ya no puede ser considerado humedal a pesar de que antes sí lo era, y eso pasa, así que ojalá podamos avanzar y que la ordenanza permita que la ciudadanía se empodere y sea un aliado del humedal, y puedan estar vigilando y haciendo las denuncias cuando corresponda».
«Los humedales son una barrera natural para el ingreso de agua, tenemos la presencia de muchas casas y poblaciones en ese sector y que podría resultar fuertemente dañadas ante posibles tsunamis o bajadas de agua», destacó.
