De acuerdo a la Corporación Aclas, con la querella buscan conseguir la formalización de las personas involucradas en la muerte de Negri y Llorón, los perritos comunitarios de la Universidad del Alba, y que se puedan acreditar los hechos como maltrato animal.
Tras la conmoción e indignación vivida por la comunidad en general una vez que se hicieran conocidas crudas imágenes de los perritos Negri y Llorón, y las posteriores desvinculaciones al interior de la Universidad del Alba, ahora la Corporación Aclas presentó una nueva querella para que se esclarezcan la situación y no quede solo en sanciones administrativas.
Daniela Molina, concejala de La Serena y miembro de Corporación Aclas, explica que «las organizaciones animalistas tenemos la potestad de presentar querellas en casos de maltrato animal, así que en conjunto con la organización a la que pertenezco y un abogado que nos patrocina, presentamos una querella».
«Esto se basa en el posible delito de maltrato animal que se dio en el contexto de la muerte de esta ‘solución’, como dice la universidad, de eutanasiar a los perritos», añade.
En cuanto al contenido, detalla que «la querella busca conseguir la formalización de las personas involucradas en el delito y acreditarlo como tal, así que se hace una presentación de los hechos y se mencionan situaciones puntuales que esperamos que lleve a diligencias de parte del fiscal que está a cargo de la causa para tomar la mayor cantidad de elementos probatorios que permitan formalizar a los involucrados, determinar los hechos fehacientemente y acreditar la participación de quienes estén involucrados».
«En el fondo, es esclarecer la situación para poder formalizar y acreditar el delito, para que esto no quede solamente en una sanción administrativa, que es potestad de la universidad, sino que haya una sanción penal por el delito, que es lo que buscamos con la querella», agrega.
Más allá
de una sanción
administrativa
Desde la Corporación Aclas, afirman que la muerte de los perros es terriblemente preocupante para la comunidad educativa y los estudiantes, «ellos fueron testigos de la situación que se vivió posterior a la muerte de los animales, porque estamos hablando que siempre es doloroso cuando se matan animales, pero en las circunstancias en que se da, que fue en una casa de estudios, que tiene la carrera de medicina veterinaria, donde están preparando a los fututos veterinarios, y lo que se espera es que salgan bien preparados y no solamente con conocimientos médicos sino que también con una vocación y ética profesional».
«Pero están siendo preparados por personas que están dispuestas a matar de manera ilegal a animales, tomando autoridad en algo que no tienen», recalca Molina.
Sostiene que «el Servicio de Salud está capacitado para poder eliminar un animal en circunstancias muy bien descritas, tampoco es algo al voleo, son tres denuncias formales por una mordida de un perro, con constatación de lesiones mediante un parte médico que acredite el ataque, para que retiren al animal de la calle y lo observen para que vean lo que tiene».
«Es solo esta institución, nunca un docente o un veterinario de una casa de estudio o una municipalidad, solo el Servicio de Salud y bajo parámetros muy establecidos, además es preocupante porque esto lo hicieron personas que están preparando a futuros profesionales de medicina veterinaria», señala.
Puntualiza en que «afortunadamente los estudiantes se movilizaron e hicieron algo muy potente al decir que no quieren aprender de esa manera y que no lo iban a tolerar, por un lado es penoso pero también esperanzador, porque son los mismos estudiantes quienes no aceptan este tipo de educación».
«Las medidas que tome la universidad apuntan a medidas administrativas contra quienes podrían haber participado en los hechos de manera formal, pero también creo que hay una responsabilidad mayor, ya que me llama la atención que no haya una decana que esté asumiendo algún tipo de responsabilidad, y lo mismo el rector, que al parecer no están presentes en la universidad», cierra la concejala.