Esbozando sonrisas, 7 vecinos que representaron a los primeros 180 damnificados del tsunami del 16 de septiembre que afectó a las poblaciones costeras de la región, beneficiados por el bono de un millón de pesos aportados por el Estado para compra de enseres, recibieron ayer el traspaso de fondos a cuentas personales en el BancoEstado de calle Juan Melgarejo de Coquimbo.
Aún emocionado Amador Ibacache, vecino de calle Octavio Montt de la población Gabriela Mistral de Barrio Baquedano, cuyo inmueble sufrió serios destrozos por los trenes de olas del fenómeno natural, manifestó que gracias a la rápida respuesta del gobierno fue uno de los primeros en recibir el monto de ayuda.
«La platita la retiré antes de este acto y la tengo conmigo, porque no me he gastado ni uno por el momento (risas), yo perdí todas mis cositas, el agua que entró a las piezas y llega a un metro y medio de alto, me levantó el piso, perdí mi refrigerador y todos los muebles y ahora por el momento estoy en la casa de mi hija, y con esta ayuda voy a comprar un refrigerador para que no se me eche a perder la comida y de ahí voy a comprar las cosas del dormitorio partiendo por una cama».
El poblador también confidenció que tratar de reponer su colección de partidos de fútbol, su gran pasión, «yo tenía una filmadora y ahí grabé los partidos del Chile del Mundial pasado, y todo eso se perdió y ahora voy a ver si puedo arreglarla o comprar otra».
Feliz por poder tener fondos para poder salir adelante con su esposo, una hija y una sobrina y una niña de 4 años que viven con ellos, Ema Madrid, vecina del mismo barrio, afirmó que a pesar de la difícil situación que vive, poder contar con este tipo de asistencia les permite levantar un poco más el ánimo para la reconstrucción de sus inmuebles.
«Esto nos sirve mucho porque como el resto de las familias de mi población perdimos todo, por eso tengo que darles las gracias por este aporte porque imagínese lo que es perder de cuajo todo lo que uno tenía pero ahora esperamos un poco mejor por este aporte de un millón de pesos del gobierno, que nos permite enfrentar lo que viene para adelante porque no hay bolsillo que aguante lo que perdimos».
Sobre la experiencia que vivió el 16 de septiembre y los planes que tiene para reponer su vivienda, señaló que «a mi casa entró una rueda de vehículo muy grande y me rompió la puerta, el agua sacó parte de una pared pero no alcanzó a botarla toda y se me levantó el piso de la cocina, del baño, perdí todas las camas, la ropa y los muebles y ahora estoy limpiando y desinfectando para ver si puedo comprar material para arreglar, por eso les digo a todos los damnificados que se inscriban rápido con la ficha, porque el subsidio llega rápido y yo estuve en el terremoto del año pasado en el norte y así yo aprendí que hay que apechugar por la familia no más».