Fue respaldada por el concejal Camilo Araya, quien valora que esta organización, que irrumpió con fuerza en la escena regional en 2018, para exigir el retiro de la placa con el nombre de Francisco José Cox de la entrada de la Catedral de La Serena, sea premiada.
Fue un número importante que en primera instancia postuló para recibir la medalla Ciudad de La Serena -más de cien-, pero finalmente la comisión eligió a 11 personas y también algunas agrupaciones, que serán condecoradas el 26 de agosto en el marco del aniversario de la comuna.
Ramona Odet, una activa dirigente del sector La Pampa que trabaja con adultos mayores, será una de las premiadas; también una agrupación de olla común, un profesor rural y Juan Rojas, a nombre de la agrupación de laicos Juan XXIII, entidad que irrumpió con fuerza en la escena regional en 2018, después de exigir el retiro de la placa con el nombre de Francisco José Cox de la entrada de la Catedral de La Serena, la que finalmente fue retirada.
«Postulamos como organización ‘J23’, con el respaldo e incentivados por el concejal Camilo Araya, quien se la jugó desde el año pasado por nosotros. Presentamos el currículum, todo lo que hemos desarrollado desde que partimos, como las entrevistas con el arzobispo, las comunicaciones con el Santo Padre, las entrevistas que tuvimos en diferentes medios de comunicación y también a nivel mundial, además de la promoción y visibilización de la temática de la pedofilia y abusos sexuales en recintos eclesiales», dijo Rojas, sociólogo.
Para la agrupación, la ceremonia es importante, «porque el municipio de La Serena, en sus 479 años de existencia, está posicionándose contra de la pedofilia, y eso es fundamental, puesto que hay que considerar que en este municipio, y algunos concejales, en algún minuto le dieron las llaves de la ciudad y distinciones a monseñor Piñera, que fue acusado de encubrimiento».
Reconoce que esta medalla, «al final viene a suplir, a equilibrar el rol que no solo hemos jugado nosotros como agrupación, sino que un sinfín de personas de manera transversal de la sociedad serenense, y eso es lo fundamental. Sin embargo, esta distinción es dolorosa, no es alegre, puesto que deja en evidencia que existe un trabajo y que se permite vivir en una ciudad mejor, no en una sociedad donde se guarda en silencio lo que nosotros no queremos ver. Porque es dolorosa, porque sin los abusos no habríamos aparecido nosotros. Pero este reconocimiento también es para las víctimas, para Hernán Godoy, que se atrevió a hablar, a contar su verdad…».
