Durante 12 años “Kenita” Larraín ha sido la soberana indiscutida de la prensa del corazón chilena. Sus amores, matrimonios, quiebres, divorcio, rupturas, dramas, alegrías y lágrimas han llegado a extremos como convertirse en la noticia del momento en todos los medios de comunicación –con el plantón a Zamorano frente al altar-.
Pero también ha sido un camino difícil. “Kenita” ha sido la principal víctima de los venenosos ataques de los “opinólogos” más hiperventilados, que junto con productores y directores de los programas más agresivos, provocan la grave crisis que enfrenta la farándula televisiva. Por eso la rubia celebra la muerte de ese estilo de hacer farándula .
En esta entrevista la Ingeniera Comercial realiza una descarnada crítica y, como siempre, lanza un par de sorpresivos dichos.
¿Cómo ve la crisis de la farándula televisiva mala onda?
“Hay un cambio que está empezando, que es de tolerancia por el de al lado y respeto. En la mayoría de los espacios de farándula, sin conocer a los personajes involucrados, se emite cualquier opinión basada en denostaciones, inventos, muchas veces agresiones, y la gente está aburrida de eso. Se colmó.
“En mi caso, siento que pertenezco a la parte de ‘espectáculos’. Nunca me he sentido parte de esta moda, o modo de farándula, en la cual todo está permitido, como descalificaciones y agresiones. Cuando a mí me han descalificado y denostado, no he pagado con la misma moneda, porque no estoy de acuerdo con eso
