Juan Pablo Perrotta relató a La Región los hechos ocurridos el pasado martes, cuando el menor removió una tapa de madera y quedó sumergido. Desde la administración del recinto lamentaron lo ocurrido, pero señalaron que el niño -de sólo 5 años- lo hizo en una zona demarcada como «no transitable».
Rodrigo Solís A.
Una tarde para olvidar es la que tuvo lugar el pasado martes para un grupo familiar y de amigos en el espacio gastronómico y recreativo denominado Pueblito Peñuelas. Todo parecía una tarde normal, según relató a Diario La Región Juan Pablo Perrotta, quien se dirigió hasta el lugar junto a sus hijos y otros amigos, pero todo cambió.
«Como a las 16:30 horas nos dirigimos a los juegos inflables del lugar. Pasó un tiempo y alrededor de las 18:30 nos fuimos hasta el sector opuesto para comer algo, en el Beer Garden. Estábamos sentados en la última mesa de la terraza, donde pasa la gente, los niños estaban comiendo, luego terminaron y se fueron a jugar alrededor. Yo los estaba mirando», aseguró Juan Pablo.
De pronto, uno de sus hijos, de sólo cinco años, se dirigió al jardín que está en un sector céntrico y levantó una tapa que estaba a ras de piso de madera. «Era de alrededor de un metro y medio de diámetro, la levanta y otro de mis hijos lo ayuda. En ese momento, pisa mal y se cae. Los niños ahí presentes se pusieron a llorar y la gente alrededor comenzó a gritar, yo me acerqué y me di cuenta que era un pozo, que tenía alrededor de un metro y medio de profundidad».
Perrota acotó que «mi hijo afortunadamente ya estaba aprendiendo a nadar, por lo que se mantuvo a flote, pero tenía la cabeza hacia abajo, por lo que se estaba comenzando a ahogar. Ahí yo me lanzo al pozo para rescatarlo, pese a que quedé todo rasmillado. Mi señora también lo hizo, pese a que está embarazada. Por suerte agarré a mi hijo del polerón y logré sacarlo».
Aseguró que lo primero que hizo fue chequear si se trataba de aguas servidas. «Los locatarios del lugar me prestaron toda la ayuda, pero llegó una persona que era la administradora del pueblito, y le pregunté de donde venía esta agua, pero ella no supo responder. Acto seguido nos fuimos inmediatamente».
Llegando a casa, por supuesto Juan Pablo Perrotta procedió a bañar a su hijo, y tanto él como su señora hicieron lo mismo. Al poco rato recibió el llamado del dueño de Pueblito Peñuelas. «Me pidió disculpas y me ofreció ayuda. Yo le dije que más que ayudarme a mí, lo importante es que esto no pase de nuevo, porque yo no vi protocolos ni medidas de seguridad, porque si mi hijo se mantiene un tiempo más ahí, no la contamos. El dueño se excusó diciendo que era una zona para adultos, pese a que el pueblito fomenta la vida en familia. Espero que nadie más pase este enorme susto», sostuvo.
MEDIDAS
Desde Pueblito Peñuelas se defendieron. Claudia Castillo, administradora del recinto, señaló mediante un comunicado que «lamentamos el accidente, sobre todo cuando se trata de un niño» y que «como Pueblito Peñuelas nos tomamos muy en serio la seguridad de nuestros visitantes por eso es que hay zonas demarcadas como no transitables y esta era una de ellas».
Castillo agregó que «el lugar donde se produjo el accidente era un pozo de regadío en desuso, el cual se encontraba debidamente tapado en un área no transitable, sin embargo en horas de la tarde un niño ingresó y removió la tapa de madera de dicho pozo, provocando el accidente en cuestión».
Asimismo, sostuvo que «como administración tomamos las medidas pertinentes, llamamos a los padres del niño afectado y nos comprometimos a clausurar el pozo para evitar futuros incidentes, tal como se puede evidenciar en las fotos actuales de ese espacio. Además solicitamos un reporte a nuestro prevencionista de riego para abordar otras medidas complementarias», subrayó.
La administradora del recinto puntualizó que «hacemos un llamado a las familias que nos visitan a precaver el acceso de niños a lugares no habilitados».
