El cuerpo de don Guillermo Martínez (82) fue encontrado sin vida por sus vecinos del mini condominio en que habitaba en la comuna de Coquimbo. Según detalló Carabineros, la data de muerte correspondería entre 20 a 25 días, dejando en evidencia el grado de abandono en el que vivía el hombre de la tercera edad.
El macabro hallazgo quedó al descubierto la noche de lunes en el inmueble ubicado justo frente al Colegio Conquistadores.
Conmocionadas estaban ayer las personas que, de una u otra manera, eran parte de la vida de un señor solitario, con un duro carácter, de buen pasar y muy respetuoso.
Hechos ocurridos en la calle Las Azucenas, en un sector donde son comunes estas residencias, con habitaciones personales con baño incluido.
Según cuentan a LA REGIÓN Edgar Dictter y Sergio Pérez, vecinos del fallecido, Guillermo vivía hace unos 5 años en el lugar y no recibía visitas. De su familia, hasta el cierre de esta edición, nada se sabía.
«Nos preocupamos porque pasaban los días y no se veía por la casa, además comenzó a salir un olor fuerte por el pasillo. Él, cada vez que salía a comprar a la calle, acá afuerita nomás, dejaba con llave y candado su pieza. Era súper riguroso en ese sentido, como varios acá, entonces me asomo por la ventana y veo que tenía adentro el candado con las llaves, abrimos la ventana y salió ese aroma poco agradable», dice Sergio.
Una descomposición evidente del cadáver, que hace referencia a casi tres semanas de abandono en una pieza de pequeña.
Por su parte, Edgar aporta que el hombre era oriundo de Antofagasta, ciudad donde habría trabajado en casinos 5 estrellas, laburo que hizo al parecer que el fallecido tuviera una jublicacion importante hasta el día de su muerte.
Una persona ordenada económicamente, pues carabineros de Labocar encontraron en la pieza una colilla de jubilación por unos a 700 mil pesos, cancelados el pasado 26 de octubre de este año. Además se encontró dinero en efectivo.
Su deceso no tiene relación a terceras personas. Fue encontrado con un plato de comida en su estómago, por lo que se barajaría la tesis de una muerte por infarto. Aquello deberá ser notificado por el Servicio Médico Legal.
«Era una excelente persona, pero lamentablemente no tenía mucho apoyo de la familia, de hecho, no tiene ninguna llamada de nadie en todas estas semanas, además no tenía contactos de nadie en su celular, a nadie de sus queridos, entiendo que tenía tres hijos, uno en Santiago, otro en el norte y uno viviendo en el extranjero».
Y agrega, «tenía una pareja con la que convivió acá, pero después se fue. Lo cierto es que no se sabe si realmente estaba enfermo, la verdad es que uno lo miraba y le echaba 20 años, se veía bastante bien, además que era pretencioso, se teñía el pelo, tenía su carácter, pero acá siempre tuvo buena relación con todos, respetuoso, muy educado».
Estos dos vecinos, y otro par, eran sin querer casi las únicas personas que Guillermo veía a diario. A veces viajaba a Salamanca o Combarbalá, por eso muchos pensaron que había viajado, pero no.
«Yo también acá estoy solo, pero a mí me llama todos los días parte de mi familia, esto no es un asilo ni algo similar, de hecho, la dueña de la casa dice que si alguien es de muy avanzada edad no lo dejaría solo, pero Guillermo se veía bien parado, muy lamentable lo que le pasó, es un abandono familiar terrible».
El hecho estremece, porque no es primera vez que nos enteramos de abuelitos morir en el abandono familiar. El año pasado nos cansamos de informar sobre hechos similares. Y ahora último, el 8 de noviembre, cuando Carabineros de la Tenencia Las Encinas ante un llamado de Cenco, concurrieron a verificar una mujer fallecida al interior de un domicilio, en el lugar constatan la veracidad de los hechos y encuentran a una mujer de 88 años tendida en el piso a la salida del baño, sin signos vitales y sin lesiones atribuibles a terceros, la cual vivía sola en el inmueble.
«Quedamos muy tristes por una muerte tan de golpe, ojalá que la familia pueda pronto comunicarse para poder darle santa sepultura», sentenciaron los vecinos.
